Lee algo de la Biblia todos los días. Alguna gente prefiere leer varios capítulos. Otros, sólo una o dos páginas. Hay quien se conforma con algunas oraciones o párrafos. No es tanto la cantidad de lo lees lo que importa. Es cuánto de la Palabra de Dios tú comprendes y pones en practica en tu vida diaria.
La mayoría de los estudiantes de la Biblia piensan que lo mejor es comenzar leyendo algunos minutos cada día. Proponte una meta razonable de lecturas del Nuevo Testamento para el año. Es posible que lo leas varias veces.
No, Dios no te fulminara si dejas de leerlo un día. Pero te sentirás débil espiritualmente. ¿Te has quedado sin comer alguna vez? Puedes sobrevivir. Pero si dejas de comer durante mucho tiempo comienzas a enfermarte. La misma cosa sucede espiritualmente si olvidas leer la Biblia.
Si nunca antes has leído la biblia comienza con el evangelio de Juan. Entonces lee los Hechos de los Apóstoles. Regresa después al evangelio de Mateo y léelo antes de pasar a algunas cartas de Pablo y al resto de tu Nuevo Testamento.
Lee despacio. Seguramente querrás enterarte de toda la historia, pero tómate tu tiempo. Al final de cada párrafo pregúntate a ti mismo, <<¿Qué significa esto y qué tiene que ver conmigo?>>
Una libreta de apuntes puede ayudarte
Cuando leas la Biblia, ten una libreta de apuntes a mano. Si tienes preguntas, anótalas enseguida. Puedes preguntarle a tu pastor después, o quizás encuentres tu mismo la respuesta si lees un poco más.
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